Una mañana entre aves: Observación, conocimiento y conciencia ambiental
- GCF NEWS MAGAZINE SCHOOL

- 8 jul
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Los estudiantes del grupo Environmental Guardians de los grados 4° a 11° vivieron una experiencia transformadora con la realización de una jornada de observación de aves en las zonas de pasturas cercanas a las instalaciones del colegio. Esta actividad, organizada por el Proyecto PRAE en articulación con profesionales de Cormacarena, se convirtió no solo en una salida pedagógica, sino también en una oportunidad para fortalecer la relación entre los estudiantes y la biodiversidad que nos rodea.
La jornada comenzó muy temprano, a las 5:30 de la mañana, cuando el grupo se reunió con entusiasmo y curiosidad, equipados con binoculares, guías ilustradas de aves y mucha expectativa por lo que encontrarían. Antes de iniciar la caminata, los participantes recibieron una breve capacitación por parte del instructor sobre cómo realizar una observación respetuosa y efectiva, qué actitudes adoptar en campo y cómo utilizar correctamente los binoculares.
Durante el recorrido, los estudiantes lograron identificar y registrar visualmente varias especies de aves emblemáticas de nuestra región, entre ellas el Mesembrinis cayennensis (sirirí común), el Caracara plancus (caracara moñudo) y la Dendrocygna autumnalis (pato silbador). Si bien la lluvia inesperada obligó a acortar la observación en campo, el grupo continuó la experiencia realizando una actividad de identificación con las guías de aves, en la que compararon las características observadas con ilustraciones y descripciones especializadas. Finalmente, cerramos con un momento de integración en torno a una bebida caliente y pan, antes de incorporarse a la jornada académica habitual.
Educar para conocer, y conocer para conservar
La actividad no fue solo un espacio para mirar aves. Fue, sobre todo, una experiencia educativa profundamente significativa. En un mundo cada vez más urbanizado, donde la desconexión con la naturaleza se hace más evidente, generar espacios como este permite despertar en los estudiantes el asombro y la valoración por la vida silvestre que habita nuestros entornos.
Conocer las especies con las que convivimos, comprender su rol ecológico, y observar sus comportamientos en libertad, son pasos fundamentales para desarrollar una conciencia ambiental crítica y activa. Muchas veces creemos que la fauna silvestre está lejos de nosotros, en zonas apartadas o en reservas remotas, pero la verdad es que compartimos el paisaje cotidiano con una inmensa variedad de aves, insectos, mamíferos y plantas que, aunque muchas veces pasan desapercibidos, cumplen funciones vitales en los ecosistemas.
El simple acto de detenerse a mirar una bandada en vuelo o escuchar el canto de un ave nos invita a pensar en la riqueza biológica de nuestro territorio, y nos conecta con una responsabilidad que no podemos evadir: la de conservar. En este sentido, la educación ambiental va más allá de transmitir datos o conceptos; se trata de formar una cultura del cuidado, de la empatía hacia las demás formas de vida, y de la comprensión profunda de que nuestras acciones —por pequeñas que parezcan— tienen efectos en el equilibrio natural.
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