Durante el desarrollo de la primera infancia los niños se ven involucrados en diferentes acciones diarias, que logran estimular sus sentidos, lenguaje, motricidad, coordinación, entre otras. Por lo tanto, es importante reconocer que aquellos niños que realizan actividades artísticas desde pequeños obtienen diversos beneficios físicos y emocionales.
Promover el arte, no adjudica crear pintores o bailarines, sino brindar estrategias que logren formar seres humanos con mayor capacidad para desenvolverse socialmente. Pues dentro del arte se canalizan emociones, se aprende a ser paciente, se maneja la concentración; dichas acciones incentivan y promueven el diálogo, la practicidad y el respeto por el entorno. El arte se utiliza como medio para la expresión de los más pequeños, pues puede convertirse en una forma de comunicación para ellos, donde podemos revelar sus pensamientos, sentimientos e intereses, y allí es donde podemos utilizar el arte como una estrategia para canalizar las diferentes formas de expresión.
Es característico desde el punto de vista docente, direccionar el arte, brindando diferentes directrices en la composición de determinado trabajo; pero es aún más relevante permitir a los niños estimular su creatividad, ofreciendo sólo herramientas básicas y permitiendo que por el mismo adopte e identifique una forma de llevar a cabo una actividad, en la cual vincule su punto crítico o su perspectiva; sin necesidad que alguien le indique qué hacer. Pues es en este punto donde se logra la finalidad principal, por tanto cuando el niño obtiene un resultado de su propia autoría, es donde la capacidad de asombro, su satisfacción y emoción, empiezan a cautivarlo y a enriquecer su aprendizaje de forma inexplicable e inimaginable.
Es por esto por lo que el arte, es uno de los recursos que más utiliza el preescolar, ya que logra fortalecer procesos que a veces nos parecen poco importantes, pero que en realidad forman al ser humano de manera integral.
BY Lady Molina Martínez/Docente GCF
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