Esta experiencia comienza el 22 de Febrero, cuando democráticamente los estudiantes de
nuestra institución me eligieron como su PERSONERA, desde ese momento sabía que no
iba a ser fácil aunque no tenía claro la magnitud de este trabajo.
Al principio pensé que iba a ser algo normal, cumplir con un par de cosas, solucionar uno
que otro problema y ya, sin embargo poco a poco he sido más consciente de todas las
funciones que abarca mi cargo, y tengo que admitir que me he dado un fuerte golpe de cara
contra la realidad. Encontrar el equilibrio entre mis labores académicas (que por lo cierto,
son bastante exigentes), mis entrenamientos, vida personal y el trabajo de PERSONERA,
me ha costado muchísimo, pero no es imposible.
Ser personera, no es algo que me tome a la ligera, puesto que me gusta ser aquella persona a la cual los estudiantes pueden acudir y por medio de ese proceso ayudar en los caminos
de solución, ser un puente de comunicación entre la institución y los estudiantes.
He asistido a reuniones, dialogado con profesores, estudiantes y directivas, he aprendido a
dirigir eventos en el colegio, he realizado las gestiones necesarias para cumplir con mis
propuestas entre otras muchas cosas, pero a pesar de la exigencia y del agotamiento, ser ese
personaje que vela constantemente por los derechos de los estudiantes me llena de satisfacción personal.
BY Juliana Pineda/ Estudiante Grado 11 y personera GCF